Publicado en Diario La Nación, Costa Rica
Suplemento «Metro Cuadrado», Sección Inmobiliario
Año 2003

Por: Arq. Ronny Ellis-Calderón    AQ-15787

Lo ideal es que se involucre en la construcción de su casa nueva.. Al ver las actitudes de clientes durante el tiempo de construcción de su casa, algunos muy identificados con los procesos, otros totalmente desentendidos y varios preguntando sin saber muy bien el resultado final, he aprendido a interpretarlos y a razonar lo óptimo en nuestro diario construir.

Empezamos en las primeras reuniones mostrando libros, revistas, fotografías… extrayéndoles sus intenciones, prioridades y todas las necesidades.

Los esfuerzos iniciales del profesional intentan captar de los clientes sus gustos, preferencias y tendencias arquitectónicas.

Luego de estudiar el entorno donde ha de ubicarse el elemento adornado y equipado, para brindar comodidad a sus ocupantes y haber trasladado el pensamiento y el concepto a espacios, dimensiones, alturas, puertas, cacheras, pendientes, gradas y conexiones, tuberías, vidrios… apretamos con nuestra mano el rollo de hojas que contienen nuestro proyecto en los llamados planos constructivos.

A estas alturas ya hemos pagado nuestra cuota de enojo y desesperación buscando lo sellos de autorización para dar comienzo a los trabajos en el terreno.

Contamos con el maestro de obras y los operarios que empezarán a levantar la ilusión de la edificación en las palpables tres dimensiones.

Y conforme pasan los días, vamos haciendo de la inversión paredes, divisiones y techos, que estarán a nuestro servicio y que hablarán por nosotros ante nuestros familiares, conocidos y amigos.

Ayuda necesaria. Ya cuando empezamos en la programación a involucrar las partes que serán más apreciables, visibles y a dar los toques finales a nuestro inmueble, ocupamos que ustedes, los que nos han contratado para dar las pautas a este conjunto de trabajadores, para definir precisamente lo que desean de cada espacio y plasmar su carácter en cada color, cada luminaria, cada elemento de acabado, textura y decoración que estará siempre expuesto y sometido a juicio.

Al inicio anotamos los calificativos que dan forma a la identidad de cada cliente y empezamos a caminar tomando como referencia lo que busca y necesita cada habitante que ocupará el proyecto.

Pero ya en estos minutos finales del partido, es prudente corroborar si las intenciones están siendo logradas o por el contrario, necesitan un cuestionamiento y una nueva definición en su concepto.

Cada detalle que conformará los cielos de los dormitorios, baños, sala y comedor, las lámparas que aplicarán luz al ponerse el sol, el tipo y diseño de la cerámica, que irá en la cocina y las cerraduras que utilizarán todos los días, necesitan ser conquistados por sus propios usuarios. Deben sentirse a gusto con el rodapié, las molduras, banquinas, pisos y accesorios utilizados en cada recinto.

Siendo así, los inversionistas podrán intercambiar con todo el inmueble alegría, paz y seguridad. Sentirán que la decisión de construir fue la más acertada y que cada elemento que hoy conforma su casa forma parte de ellos y justifica el intercambio monetario para que hoy estén instalados y a su servicio.